En el comienzo del Universo, cuando solo se habían creado unas pocas cosas, Olofi mandó a llamar a todos los sabios para que participaran de la gran misión de la vida y de los pueblos que construían sobre la tierra. Pero los sabios pensaban que así como vivían, estaban muy bien y comenzaron a ponerle tropiezos a Olofi. Todo era problemas y obstáculos a la buena obra que Olofi quería realizar. Llegaron las dificultades a tal extremo que entonces empezaron a decir que era imposible ejecutar todas aquellas acciones.
Cuando Olofi pensaba que había sido derrotado, se le apareció un espíritu y le dijo: «Para llevar adelante lo que usted quiere, necesita sacrificar 101 palomas para purificar con sangre los diferentes fenómenos que están perturbando la buena voluntad de los espíritus que desean asistirlo».
Al oír estas palabras, las piernas de Olofi flaquearon porque la vida de las palomas estaba conectada a la suya y la de Olodumare; pero dijo: «No me queda otra opción. Tengo que hacerlo por el bien de mis hijos». Y se hizo el sacrificio. Era la primera vez que se inmolaban palomas.
El espíritu que había asistido a Olofi lo fue guiando por cada lugar donde debía echar una gota de sangre. De esta manera se cumplieron los designios de Olofi, que no eran más que la propia voluntad de Olodumare. Cuando finalizó todo, Olofi llamo al espíritu y le dijo: «Tú me has ayudado y por eso bendigo tu labor por la eternidad. A partir de ahora te llamarán Grillelu».
Grillelu proviene de estas palabras: «gri», que quiere decir «cabeza»; «lle», «mundo» y «lu», «pueblo».
Este patakí nace en okana sodde.